De nada le sirvió a Rafael Caro Quintero declarar en 1985 que él no tenía nada que pagar en Estados Unidos, que era agricultor, que no conocía a ningún gringo y que no le caían ni bien ni mal los norteamericanos. Este 27 de febrero de 2025 el fundador y líder del Cártel de Guadalajara fue entregado en extradición al gobierno de los Estados Unidos.
En esta entrevista en donde se ve a un Caro Quintero, de 29 años de edad, sonriente, contestón y rehuyendo con gracia a las preguntas de los reporteros quedará para la historia, así como los innumerables amparos conseguidos para evitar su entrega a Estados Unidos.
Ahora de 72 años de edad, esta entrega de México a los Estados Unidos es calificada como un regalo de Claudia Sheinbaum a Donald Trump, si se toma en cuenta que Rafael Caro Quintero es unos de los señalados de dar la orden para matar al agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
La noticia de la extradición de Rafael Caro Quintero, cofundador del Cártel de Guadalajara, ha conmocionado al mundo del crimen organizado. Este 27 de febrero de 2025, el narcotraficante de 72 años fue entregado a las autoridades estadounidenses en un operativo discreto, a pesar de haber recibido recientemente una suspensión legal para evitar su traslado.

Caro Quintero ha sido uno de los fugitivos más buscados por la DEA desde 1985, cuando se le vinculó al asesinato del agente Enrique ‘Kiki’ Camarena. A lo largo de las décadas, la justicia estadounidense ha presentado cargos en su contra por tráfico de drogas, tortura, y asesinato, en especial el secuestro y homicidio de Camarena, principal acusación que lo mantiene en la mira de la DEA.
Los hermanos Treviño Morales: Los líderes de Los Zetas extraditados a EE. UU.
A la par de la extradición de Caro Quintero, los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, líderes del Cártel de Los Zetas, también fueron entregados a Estados Unidos este 27 de febrero. Ambos, conocidos como Z-40 y Z-42, eran considerados los cerebros de una de las organizaciones más violentas y sanguinarias de México. Su liderazgo en el Cártel del Noreste, una escisión de Los Zetas, continúa generando temor en Tamaulipas, su bastión principal.

Miguel Ángel fue arrestado en 2013, mientras que Omar fue detenido en 2015. A pesar de su encarcelamiento, ambos hermanos mantuvieron el control de la organización, según las autoridades estadounidenses. El Departamento de Justicia de EE. UU. ha emitido múltiples acusaciones contra ellos, que incluyen tráfico de drogas, lavado de dinero, y asociación ilícita.

Un golpe a los carteles mexicanos: El impacto de la extradición en la seguridad
El traslado de estos tres líderes criminales a EE. UU. marca un hito en la lucha contra el narcotráfico y las organizaciones criminales mexicanas. Desde su recaptura en 2022, Caro Quintero había luchado en los tribunales para evitar su extradición, pero finalmente, la FGR y la SSPC confirmaron el traslado bajo estrictos protocolos legales.
Además, las autoridades estadounidenses revelaron que la extradición de los Treviño Morales se basa en acusaciones de narcotráfico, lavado de dinero, y violencia extrema. Los dos hermanos lideraron un cartel que, en su apogeo, fue responsable de miles de muertes en México y EE. UU., y su entrega a la justicia estadounidense representa una victoria significativa en la guerra contra las drogas.
El futuro de los carteles de México tras la extradición de los narcotraficantes más buscados
La extradición de Caro Quintero y los hermanos Treviño Morales es una muestra del compromiso de Estados Unidos y México en la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, estos traslados no garantizan la desaparición de las organizaciones criminales. En lugar de desaparecer, estos carteles podrían seguir operando a través de otras figuras clave.
Los expertos coinciden en que, si bien esta es una victoria simbólica, la guerra contra el narcotráfico continúa. El Cártel de Sinaloa, el CJNG y otros grupos seguirán siendo actores fundamentales en la producción y tráfico de drogas, lo que demuestra que, aunque la justicia esté alcanzando a los grandes líderes, el poder de los carteles aún es inmenso.
La extradición de estos criminales es, sin duda, un paso hacia la justicia, pero el desafío de erradicar el narcotráfico y la violencia que genera continúa siendo una prioridad en la agenda internacional.
Rafael Caro Quintero en entrevista en 2016 con Proceso: "Ya no soy narco, quiero vivir en paz"
En una serie de entrevistas con el influyente medio de comunicación Proceso, Rafael Caro Quintero, el infame “Narco de Narcos”, ha manifestado en diversas ocasiones su deseo de alejarse del crimen organizado. En una entrevista clave realizada en 2016, Caro Quintero negó su responsabilidad en el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, uno de los crímenes que lo catapultó a la lista de los narcotraficantes más buscados por Estados Unidos.
Durante la entrevista, el capo de 72 años insistió en que ya no estaba vinculado al narcotráfico, afirmando que su vida había dado un giro y que su mayor deseo era vivir en paz, lejos de la violencia que marcó su ascenso en el Cártel de Guadalajara.
El “Narco de Narcos” se presenta como un hombre pacífico
En sus declaraciones, Caro Quintero subrayó que no tenía intenciones de regresar a sus viejas prácticas y que se encontraba fuera del radar del crimen organizado. “Ya no soy narco”, expresó en esa ocasión, agregando que no buscaba regresar a las rutas del narcotráfico ni a la violencia que históricamente lo rodeó. Sin embargo, el historial de Caro Quintero, marcado por su participación en actos de tortura y asesinato, contrasta con sus declaraciones.
Caro Quintero y la relación con Joaquín "El Chapo" Guzmán
En una entrevista más reciente, tras su extradición a Estados Unidos en 2025, Caro Quintero reafirmó su postura de distanciarse de su pasado, destacando que ya no mantenía ningún conflicto con Joaquín "El Chapo" Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa. “No estoy en guerra con El Chapo; ya no soy narco”, manifestó el capo mexicano, un comentario que muchos interpretaron como un intento de minimizar su implicación en el mundo criminal.
El legado de Caro Quintero: de fugitivo a extraditado
Aunque Caro Quintero haya intentado presentarse como una figura distinta a la de su pasado como uno de los líderes más sanguinarios del narcotráfico, su extradición a Estados Unidos en febrero de 2025 por cargos relacionados con tráfico de drogas, asesinato y tortura demuestra que su historia no está tan lejos del crimen como él quisiera admitir.
La figura de Caro Quintero sigue siendo un símbolo del poderío del narcotráfico en México y un recordatorio de los oscuros vínculos entre los carteles y las instituciones. A pesar de sus intentos de redefinir su vida, el daño que causó a miles de personas sigue siendo una parte ineludible de su legado.
El amor, su perdición
Rafael Caro Quintero, fundador y líder del Cártel de Guadalajara, tenía un punto débil y era Sara Cosío.
Sara Cosío Vidaurri, hija de Octavio César Cosío, ex secretario de Educación en Jalisco y también sobrina de quien fue gobernador de aquel territorio de 1989 a 1992, Guillermo Cosío Vidaurii, compartía gustos por los centros nocturnos y restaurantes caros en Guadalajara, así como su carácter arrebatado y su amor por el lujo.
Sara conoció a Rafael, pero se dice que Sara le hizo más de un desplante antes de aceptar salir por él. Sin embargo, pese a sus regalos extravagantes, la familia de Sara nunca aceptó el romance entre ambos.
Pese a ello, Caro Quintero siguió su relación con Sara y aunque solía acudir a reuniones y restaurantes de clase política sin ocultarse, todo cambió en 1985, cuando ordenó secuestrar y asesinar al agente de la DEA, Enrique Camarena, junto a su piloto Alfredo Avelar.
Tras el asesinato, Caro se vio obligado a huir del país y Sara Cosío se fue con él a la finca “La California” en Costa Rica.
Las fuerzas militares llegaron hasta el lugar luego de que Sara hablara por teléfono con su familia. La inteligencia militar ubicó el lugar exacto de la llamada y en una operación en sigilo llegaron para capturar a Caro Quintero.
La joven habría llamado a sus padres para informarles que se estaba a salvo; no obstante, los teléfonos estaban intervenidos. De esta forma, dieron rápidamente con el sitio donde se encontraban.
El padre de Sara, secretario de Educación del estado, César Cosío Vidaurri, aseguró en aquella ocasión que el líder del extinto Cártel de Guadalajara la secuestró, pero los policías que participaron en el operativo declararon que la supuesta víctima gritó que estaba en la casa por su propia voluntad.
“Yo no estoy secuestrada… yo estoy enamorada de Caro Quintero”, declaró.
El romance entre la mujer de una de las familias más conocidas de Jalisco y el criminal más peligroso creció al revelarse una carta de amor de Cosío Vidaurri Martínez.
Su contenido fue publicado por el escritor Carlos Monsiváis en la revista Nexos, en ésta, Sara Cristina describe la cara amable del hombre sanguinario y jefe de un grupo criminal que mantenía en cautiverio a 9 mil personas y era acusado de matar al agente de la DEA Enrique ‘Kiki’ Camarena.
La versión de Caro Quintero sobre la compañía de la sobrina del ex mandatario es que ella aceptó su invitación a viajar a Costa Rica, por las noches salían a lugares de moda y se mantenían alojados en un rancho alejado, pero lleno de comodidades. Fue ese descuido el que ocasionó la detención del capo y pasar más de 28 años en prisión.
Una entrevista en la clandestinidad
Tras quedar en libertad en 2013, el ego lo volvió a traicionar y al conceder una entrevista a Proceso en algún punto de la Sierra en Sinaloa pidió que lo dejaran tranquilo, que ya había pagado el mal que había hecho con 28 años de cárcel, esto ocasionó la reacción del gobierno de los Estados Unidos quien lo puso en su lista de prioridades.
La DEA nunca le perdonará ser asesino de uno de los suyos y no descansará hasta tenerlo en una prisión.
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